lunes, 12 de julio de 2010

Ya tenemos el nuestro...

Por si hay algún despistado, somos ¡¡¡CAMPEONES DEL MUNDO!!! Aquí os dejo el soneto que escribí, evidentemente antes de jugar la final.


Se celebró la primera batalla
Y Portugal sufrió un desengaño
Los españoles les dimos un baño
Menos mal que ellos tienen toallas.

Paraguay aguerridos guerreros
Se defendieron con uñas y dientes
Mas la defensa no fue suficiente
Y a su modelo dejamos en cueros.

Alemania utilizaba el insumo
De su eficaz industria germánica
Pero al final les bajamos los humos.

Holanda está acechando a la hispánica
Y nosotros deseando hacer zumo
A base de Naranja mecánica.

Hoy no voy a hablar de táctica, técnica, de que los holandeses dieron mucha leña, ni nada por el estilo. Hoy toca hablar de amor.

El beso que Iker Casillas dio a Sara Carbonero, fue un acierto en toda regla. ¿A quién en un momento de alegría inmensa no le apetece besar a su novia? Me pareció un gesto honrado y espontáneo que quedará en la memoria de todos los españoles y que hace que estos jugadores, a los que algunas veces vemos como seres de otra especie, se conviertan en personas normales, con sentimientos, alegrías y miedos. Con estos gestos empiezan a ser parte de la familia.

El beso como tal es una demostración de afecto y cariño. Por eso apetece mucho más darlos en momentos de euforia. Un beso dio la vuelta al mundo cuando al conocerse la noticia del fin de la segunda guerra mundial, un marinero besó embargado por la alegría a una enfermera en medio de Times Square.


Como cualquier película que se precie, ahora España ya tiene su beso. Un beso sincero, sin tapujos, visceral, políticamente incorrecto, pasional. Un beso inolvidable. Ayer Íker Casillas dio El beso de España.



1 comentario:

  1. Muy acertado José Andrés este símil de beso. A mí también me recordaba a aquel beso, salvando claro está la distancia y la importancia de cada acontecimiento. Es algo espontáneo que simboliza mucho más que muchas palabras. Muchos ánimos campeón!

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