lunes, 10 de octubre de 2011

Evita

Un día cualquiera. Una hora cualquiera de la mañana, un número extraño se apodera de mi móvil, descuelgo dando paso a una voz - no sé en qué pregón he oído esto?... 


El caso es que un día me llama un buen amigo diciendo que se ha metido en el inmenso jaleo de dirigir un musical. Ese amigo es Fernando Bustamante. Me pidió ayuda para que le adaptase un par de temas de los que no encontraban traducción. La verdad es que me resultó muy divertido. Son retos que vas encontrando y es gratificante poder realizarlos lo mejor que puedes. 


El caso es que esas líneas que descansaban desde hace meses en mi archivo, han tomado forma. Esos versos se han transformado en canciones de la mano de unos artistas con mayúsculas. Es un honor escuchar tus palabras en gente tan preparada, tan trabajadora y tan profesional. De verdad, muchas gracias por dejarme aportar mi ladrillo a esta inmensa pirámide llamada Evita. 


Pero no sólo es Evita, yo soy de un pueblo donde en cuestión de 15 años se han representado Jesucristo Superstar, El hombre de la Mancha, Mamma mía, innumerables obras de teatro, multitud de conciertos... soy de un pueblo en el que nos gusta la cultura y donde existe mucha gente dispuesta a sacrificar su tiempo libre para sacar adelante proyectos de una envergadura que da vértigo sólo de pensarlo. 


Por eso siempre me pregunto qué tenemos aquí, en Campo de Criptana para que nos guste tanto movernos, para que seamos un pueblo inquieto, que se atreve a realizar lo que se ponga por delante. Porque no sólo es meritorio el hecho de sacar a a luz este tipo de producciones, lo realmente reseñable es la calidad que presentan. Actores, músicos, decorados, vestuarios... se acercan tanto a la profesionalidad que a los foráneos les parece increíble que sean gente amateur que no cobra un euro por sacar estos proyectos a la luz. Y lo que tenemos en mi villa molinera es un gusto por las cosas bien hechas.


Este gusto por las cosas bien hechas nos hace ser un pueblo exigente que no se conforma con cualquier cosa. Por eso supone una gran responsabilidad para quienes gustamos de expresarnos desde el escenario, saber que nuestro pueblo no entiende de excusas. Aquí estamos obligados a hacer las cosas bien y ese hecho es el que nos hace mejorar a todos.


Por eso quiero dar mi más sincera enhorabuena a todos los que han colaborado y colaboran en hacer nuestro pueblo más grande a través de la cultura porque hacen que nos sintamos orgullosos al decir que soy de Campo de Criptana.